Bojayá, escrito por Antún Ramos Cuesta, es uno de los mejores libros colombianos que leí en el año. Hoy les compartiré sobre mi experiencia leyendo este libro.
Así que no alarguemos más esta reseña: ¡Comencemos!
Sinópsis
Relato del sacerdote que sobrevivió a la masacre.
El 2 de mayo del 2002, en medio de un combate entre las Farc y los paramilitares, un cilindro bomba cayó sobre la iglesia de Bellavista, en Bojayá, donde cientos de civiles se refugiaban del fuego cruzado. La explosión mató a 79 personas, la mayoría niños, y dejó una herida imborrable en la historia de Colombia. Antún Ramos Cuesta, párroco de la iglesia donde ocurrió la tragedia, no solo fue testigo, sino también refugio y voz de quienes sufrieron el horror.
Opinión
Puntaje: 5 Estrellas
Todo el que haya estudiado el conflicto armado colombiano sabe acerca de Bojayá y de la masacre que ocurrió en este lugar ubicado en el pacífico colombiano. En este libro, el Padre Antún Ramos nos relatará no sólo lo que pasó en ese trágico día, sino todo lo que ocurrió en los días anteriores y posteriores a la masacre.
Esta es una lectora dolorosa. Si al leer estas palabras el lector siente el dolor, no puedo ni imaginar lo que ha sido para quienes vivieron y sobrevivieron esta masacre.
En este libro hay muchas reflexiones y puntos que quiero mencionar, así que intentaré organizar esta reseña siguiendo esos puntos. Empiezo con el rol que tuvo el estado colombiano en la tragedia. La indiferencia del estado ha sido mortal en todo esto; En “Bojayá”, Antún explica muy bien cómo funciona el conflicto armado colombiano y el rol de los tres actores del conflicto: las guerrillas, los paramilitares y el ejército.
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Otro detalle que me llamó la atención es la crítica que realiza Antún sobre las ONG, las cuales no plantean proyectos teniendo en cuenta las necesidades reales, el contexto que están viviendo las comunidades, o el impacto positivo real que puedan generar en la población, sino que piensan únicamente en el reporte que presentarán para seguir recibiendo dinero. Duele ver como muchas ONGs se lucran del dolor y sufrimiento ajeno para ganar dinero.
Hay una reflexión del autor que me pareció valiosísima: Las masacres no ocurren cuando mueren las personas, sino que empiezan a ocurrir desde antes. La falta de atención del estado pasó una factura muy cara a la población civil de Bojayá.
Y es que es la misma población civil la que siempre termina con la mayor afectación en un conflicto armado. Los civiles son obligados a ayudar a quien sea que tenga el poder sobre el pueblo, y al mismo tiempo son quienes reciben el castigo del otro bando por “ayudar” al bando contrario. Realmente no hay mucha decisión que uno pueda tomar cuando quien está pidiendo el favor tiene un fusil en el hombro.
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En más de una ocasión sentí que estaba leyendo una novela de terror, pero lo que más me dolía era saber que esto no es ficción, sino que ocurrió en realidad. La narración del día de la masacre y todo lo que ocurre dentro de la iglesia es muy conmovedora y potente.
Otro detalle que me pareció importante es que Antún nos presenta la visión de las víctimas sobre el proceso de paz y de cómo la perspectiva cambia mucho entre quienes han vivido en carne propia el conflicto vs los que lo ven de lejos.
En fin, esta fue una lectura que movió fibras dentro de mi y que me puso a reflexionar sobre lo que conozco y he estudiado sobre el conflicto armado. Creo que este libro es una lectura obligatoria para todos los colombianos, pues es necesario que entendamos cómo funciona el conflicto que a día de hoy seguimos viviendo y que podamos comprender las diferentes capas que lo componen.

